Rolando Revagliatti * |
Si...
A Rudyard Kipling
Si puedes desacomodarte y no instalar, sin afán capcioso, cosas
tales como
Sintió
la brisa suave
Mi humilde pero sincero homenaje
Suprema instancia
Los caminos de la Patria
Las semillas de la Libertad;
Si puedes desajustarte y no verter, sin guiño literario
La
dulce caricia o El dulce mirar
Su generosidad sin límites
Se rompió en mil pedazos
Una noche oscura y cerrada o Un día
luminoso y abierto o Noches consteladas de estrellas oNoches
/melancólicas y tristes;
Si puedes desacatarte y no asentar sin, por lo menos, sorna
Un día de crudo invierno
Desgranando días
Una sombra fugaz
El murmullo de los pájaros;
Si puedes insurreccionarte cuando te acometa la viscosidad de
redactar
Han
manchado con sangre tu hospitalario suelo
Sus ojos color verde mar o El
mar tapizado de olas;
Si eres capaz de interceptarte y sacarte del juego cuando no
atines más que a
Un
perverso juego o Jugar con mis ilusiones o Alimentar mis ilusiones o Mustia
mi alma o
/Transportó
mi espíritu o Tu espíritu fogoso;
Si puedes desestimar, oponiéndote al torrente demencial de la
resaca, no siempre solemne, pero sí
/infecciosa de
El paisaje pleno de vida y encanto o Asomarte
a la vida o El milagro de la vida
y aún alcanzado por tu flaqueza,
repudiar
Ver brillar el sol y El
sol broncea mi piel
Algarabías juveniles y Cegados
por la ambición;
Si puedes encabritarte y no atiborrar con
Palabras
que se agolpan en mi interior
Mensajes de Paz que llenan el aire o Lleno
de esperanzas o Llenará con alegría o Llenando de
/emoción;
Si eres capaz, a costa de tu desasosiego, de renunciar
definitivamente a
Tu profundo amor y Caer
en sus redes
La raíz de todos los males y Prodigar
sonrisas;
Si puedes abstenerte del
Sembrador
de sueños
Del hielo de la soledad
y así subvertirte y no dotar a tus
textos del
Por
qué tan cruel es el destino;
Si nadie, ni enemigos ni amantes amigos, logran incitarte a
Estallar
en miríadas de capullos vírgenes;
Si puedes, espulgándote de linajes parasitarios, abolir
Dispuesto
a darte esa fiel mano o En tu piel rosada;
Si puedes acometerte con fiereza y desterrar de tu escritura
indefensa
Se
callen sentimientos
Se enmudezcan las voces;
Si eres capaz de rebuscar en ti la imprescindible disconformidad
y ni por pasteles te avienes a
Palpitar
en el ritmo de su corazón o Compartir tus íntimos deseos:
¡Tuya será
la poesía y cuanto ella revele y –lo que vale más- serás, acaso, un poeta, hijo
mío!
Nouvelle
“Me miró sin hurañía, pero con tímida atención
concentrada...”
“En el fondo de su hurañía se
ocultaba la necesidad más categórica de calor humano.”
Eduardo Mallea (“Los Rembrandts”)
Y era
así como ella
lo hacía y era
lo hacía y era
Y más a
mí, conmigo
No
llegaría a ignorar completamente
cuánto de sí
querría darme.
cuánto de sí
querría darme.
( inédito)
* Poeta argentino, 1945.
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