martes, 7 de mayo de 2019

Molinos de viento


Boletín de Artes y Letras
Año 1 - N° 2 . Febrero 2019
Director: Osmar Luis Bondoni
osmarbondoni@yahii.com.ar




DICOTOMÍA INCRUENTA

Siempre llega mi mano
más tarde que otra mano que se mezcla a la mía
y forman una mano.

Cuando voy a sentarme
advierto que mi cuerpo
se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse
adonde yo me siento.

Y en el preciso instante
de entrar en una casa,
descubro que ya estaba
antes de haber llegado.

Por eso es muy posible que no asista a mi entierro,
y que mientras me rieguen de lugares comunes,
ya me encuentre en la tumba,
vestido de esqueleto,
bostezando los tópicos y los llantos fingidos.

OLIVERIO GIRONDO, argentino (1891-1967)



VELETA

Dame un círculo
para refugiarme en su centro.
Dame un instante que se saboree
como la plenitud de una ciruela madura.
No tengo amaneceres.
Mi alma se guardó
y se escondió de mí una tarde.
Me pregunto dónde estoy pisando demasiadas veces.
Altiva y despojada, con la arrogancia de un gallo
me arrojaré a la vida.
Norte o sur.
El viento dirá.

LAURA BONDONI
lauranab@gmail.com



POR ÚLTIMO

Haber dejado una moneda de fuego en la mano de otro,
haber atado ciertos hilos de amor y resplandor,
haber perdido algo
al salir de la casa vacía.

Haber estado, haber acompañado,
haber estado complicado con el viento que siempre tiene razón,
con la tierra y el agua y con la hierba que siempre tienen razón.

No haber cumplido años lejos de sí mismo,
no importa si de rodillas o en medio del pantano pero cerca de sí,
o entre asuntos pendientes o torcidos desde el comienzo,
pero masticados con tus dientes.

No importa ser un objeto más o menos clasificable despreciable
por los que deciden,
no importa ser superado, masacrado, tergiversado, desmentido,
con todo eso se hace la verdad.

No importa ser interrumpido
si estás al pie del árbol gigante en el día sin fin,
al pie del árbol de piedras preciosas del sueño que sólo pertenece
a los hombres,
y si has podido hablar con esas piedras
y acompañar hasta su casa a alguien
en un momento duro de la noche (y vivía tan lejos).

No importa que no haya solución para nadie ni perdón para nadie,
ni si al fin estás solo en las salinas de la madrugada
haciendo todo lo posible para que salga el sol,
para que estos rostros queridos no se hundan en los rápidos de la nada
que acecha tanta maravilla.

RAÚL GUSTAVO AGUIRRE, argentino (1927-1983)



Ilustración: Jan van Eyck, flamenco (1390?-1441)
El matrimonio Arnolfini (1434)

Sugerencia: Concierto para violín  
"A la memoria de un Ángel" de Alban Berg



___________

No hay comentarios: