miércoles, 22 de julio de 2009

El que devora



María Magdalena

Yo gocé sus caricias, gocé su cuerpo:
esa dádiva humana que llaman el amor.
Fui la dispuesta para quien
era hijo de un dios, pero mortal,
y abierto a los deseos
y los sueños de toda criatura.
Fui la mujer tan ruin y pecadora
como cualquier amante.
Lavé, en sus pies, una culpa heredada
y un pasado que nunca conocí.
¿Pobre de mí cuando lo amé
hasta el renunciamiento!
¿Pobre de él cuando dejó de ser
El Elegido!
Ningún beso pudo cerrar
los bordes de las llagas
ni calmar esa sed de la injusticia,
ninguno coronando la frente
partida en el oprobio.
Ahora, ante el altar vacío
de esta ausencia,
yo recuerdo aquel hombre
que fue capaz de transformar al mundo
y sin embargo...
_______

Jekyll and Hyde

—No busques hacia afuera.
Aquí estamos los dos
detrás de las compuertas ya sin límite.
—No, no busques más.
Yo soy, también, tu propia criatura
desde el bautismo que nos ha dejado
su profunda señal
en un mismo infortunio:
el cuchillo y la herida,
el pálido abandono de la sangre.


Jekyll and Hyde 2

¿Y qué pasa conmigo?
¿Dónde comienza el otro y se apaga mi llama?
¿Dónde reconocerme desde este fuego alzado?
¿Y dónde el territorio verdadero,
ese lugar ajeno a la condena
cuando la niebla expande mi desesperación?

Necesito la herida y su cuchillo
en la última tibieza de los cuerpos.

Solamente esa sangre para mi redención.
_______

La seducción

Elaboraba, tiernamente, las palabras
disgregando las sílabas,
para después rehacerlas con toda su armonía
en aquel tono exacto:
el vuelo necesario hacia el oído.
Así lograba el acercamiento
transponiendo ese límite de la proximidad.
Después, gozando la respuesta
del placer convocado,
abandonaba el tiempo y su lenguaje;
la instancia suspendida del amor.
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Beatriz Schaefer Peña —Buenos Aires, Argentina. Publicó: Mi jardín tiene estrellas con prólogo de Vicente Barbieri,
De ángeles y designios, Revelaciones y Artificios, El fuego y los vestigios,
En la alta noche y El que devora (Vinciguerra,Colección metáfora, Bs As. 2008)
En narrativa: El cielo prometido y otros cuentos. En ensayo: Revelación de lo
arcano en la obra de Luisa M. Levinson (inédito) Su poesía está traducida al italiano, alemán, portugués y catalán y musicalizada por Leticia Daneri.

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