jueves, 18 de abril de 2013

Cristina Pizarro

Cristina Pizarro *

Entrevista a Cristina Pizarro, por Horacio Semeraro


Sobre la autora       
Excelsa poeta, sus libros muestran la transparencia de su personalidad desde un lirismo profundo, casi en complicidad con la naturaleza y el lector. Pasional en algunas obras -principalmente en sus cuatro primeros libros-,los elementos: tierra, agua, aire y fuego están presentes como en un edén natural y escenográfico al mismo tiempo.  Así, los cuatro primeros títulos tiene esas características y una sensualidad que se preanuncia ya en los títulos:  Poemas de agua y fuego(1993)  La voz viene de lejos,(1995) Lirios prohibidos(1998), Jacarandáes en celo (2003). Los dos últimos, giran en torno a vidas historiadas de mujeres  Los Confesiones de Gertrudis Glauben (2006) y Diario de Rosalind Schieferstein (2009)
Cristina Pizarro nació en Banfield, Provincia de Buenos Aires, Argentina, el 24 de noviembre de 1949. Desde 1979 vive en la ciudad de Buenos Aires. Estudió en la Escuela Normal Nacional “Antonio Mentruyt” de Banfield (1955-1967).Maestra Normal Nacional, 1967.Profesora en Letras por el Instituto Nacional del Profesorado “Joaquín V. González”, 1976. Coordinadora de Psicodrama Psicoanalítico grupal, Centro Psicoanalítico grupal Eduardo Pavlovsky, 1991. Licenciada en Educación y Gestión Institucional por la Universidad Nacional de Quilmes, 2004.
Ejerció la docencia en todos los niveles de enseñanza, y se abocó al nivel terciario, en la formación docente. Colegio Balmoral (1971-1980), Instituto del Profesorado “Presbítero Dr. Antonio María Sáenz” (1977-1988) Escuela Normal de Banfield (1978-1992), Escuela Normal N°3 “Bernardino Rivadavia (1983-1993), Escuela Normal N° 11 “Ricardo Levene” (1986-1994) entre otros.Titular de la cátedra de Literatura del Instituto Superior de Profesorado "Sara C. de Eccleston" de Buenos Aires hasta 2008.Secretaria CECLI-Centro de estudios para la comunicación y literatura infantil, 1979-1981.Socia fundadora de ALIJA- Asociación de Literatura infantil y juvenil de la R. Argentina (1985)Vocal de ALIJA -1993-1995.Secretaria de ALIJA -1995-1996.Ofreció cursos de capacitación docente, charlas para padres, organizó y coordinó jornadas de perfeccionamiento docente en ámbitos oficiales y privados del país y del exterior.Fundadora del GRUPO ALEGRIA- Actividades de Lectura y escritura grupales para la revelación e integridad de los afectos, 1991. Coordina un ciclo cultural en el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, de Secretaria de Cultura de la Nación, desde 2007.Miembro de número de la Academia Latinoamericana de Literatura Infantil y Juvenil, 2012.Presidente de la Academia argentina de Literatura infantil y juvenil, 2012-2015. http://academiaargentinadeliyj.blogspot.com.arCoordinadora de talleres de escritura con técnicas psicodramáticas. Figuran sobre esta temática: El taller de juegos literarios (1994), El Taller de juego dramático (1996). En la búsqueda del lector infinito. Una nueva estética de la literatura infantil en la formación docente. (2008)

Entrevista
H.S : ¿Cómo fueron sus comienzos en la literatura? Cuándo nació su inclinación hacia la poesía?
Mis comienzos en la literatura se manifiestan en las lecturas de infancia y de adolescencia y en la elección de estudiar el profesorado de Castellano, Literatura y Latín en el Instituto Nacional Superior del Profesorado “Joaquin V. Gonzalez”, en la época que su edificio estaba situado en la Av. de Mayo y San José y del que soy egresada.
Mi inclinación por la poesía nació en la pubertad escribiendo versos y leyendo a Lugones, Rubén Darío y después las Rubaiyat de Omar Khayyam, en la traducción que hiciera el ilustre riojano de Chilecito Joaquín V. González de la traducción del inglés de Edward Fitzgerald.
H.S.  :  ¿Cuál fue la génesis de su libro “Poemas de agua y fuego”?
La génesis de mi ópera prima fue poder expresar sentimientos profundos ligados a la intimidad de mi propio ser. Cito “el agua de mi origen y el fuego de mi esencia”.(“Los cuatro elementos en mí). Por otra parte, ha sido muy importante el apoyo de quien escribiera el epilogo de la edición, El Dr. Roberto Ferro de la UBA  y la publicación de Ayala Palacio Ediciones de Ester de Izaguirre. Probablemente, mi decisión de publicar este libro surge después de la muerte de mi sobrino y ahijado Gonzalo, a quien después le dedique mi segundo libro, La voz viene de lejos.
H.S.: El árbol está presente en todos sus libros. Hay una interpretación  simbólica, relacionada con  las raíces y el pasado, nuestros ancestros, la tierra. El tronco, nuestro entorno, la realidad visible. Y la copa, el más allá, nuestros ideales, lo espiritual. ¿Encuentra parte de esa interpretación en la aparición del árbol en su obra?
Sí, la presencia del árbol se asocia a mi infancia en Banfield, donde jugábamos en las veredas, en los terrenos baldíos y desde la terraza me gustaba contemplar los plátanos plantados por mi abuelo Giulio, los pinos de las casonas, los paraísos de la calle Azara donde nací, la higuera del patio de la casa de mi padrino Tolo, relatado en “Acuarelas del ayer”, los álamos del campo en Cañuelas donde nos conocimos con Guillermo, mi marido. En un principio, no conocía ninguna interpretación psicoanalítica  ni simbólica que fui aprendiendo con el perfeccionamiento profesional ligado a la búsqueda constante del significado de los cuentos de hadas. Eso me llevó a transitar por el diccionario de Cirlot,  Biedermann, Chevalier, los libros de Mircea Eliade, Rene Guenon, Paul Diel, Elemire Zola, Joseph Campbell, Huston Smith, por el tema de las religiones, las mitologías greco-latina, celta, hindú , maya, guaraní, inca, etc.
H.S.  Jacarandáes en celo es uno de sus libros de poemas de la “Tetralogía del amor”. En la obra hay un epígrafe de Silvina Ocampo que dice.
“Si existieran  santos entre los árboles, jacarandá, serías mi santo” ¿Acaso fue el inspirador de tan lindo título de libro?
No, el texto de la eximia Silvina Ocampo no fue el inspirador, aunque lo conocía desde hacía veinte años de escribir el libro.
El árbol de flores violadas que abunda en las zonas de clima cálido, me pareció representativo de la explosión mágica de mi sentir apasionado. El color del cielo, asociado al padre y a Dios, y en “celo”, por el amor intenso de una mujer enamorada y en constante búsqueda del amor divino y humano, en este caso, del hombre que la conquista y a través de quien sus ojos miran el crepitar de las hojas, el fruto de la vaina, la caída de sus flores marchitas.
H.S. : La naturaleza, la vida, el amor, el sexo, la pasión superan cuantitativamente a los aspectos elegíacos o autodestructivos en sus cuatro primeros libros. Eros por encima de  Tánatos. Espléndidas muestras de ello son  poemas como Ritual de pájaros, Y en el principio, Aún, o en simples y destacables frases que son verdaderos aciertos poéticos: Dices en Crisálida: “La orilla de mi cuerpo /hechizó a un marinero lascivo” ¿Pensó  en agrupar la tetralogía en una sola megaobra?
No, no he pensado en agrupar la tetralogía en una megaobra. Había pensado en compilar los seis libros en una antología pero está pendiente un libro inédito titulado No sabré el final del tiempo.
 H.S.: Sus dos últimos libros, versan sobre historias reales y/o ficticias  de la vida de dos mujeres. Hay continuidad narrativa, imaginación y creatividad a pleno. Marcan un avance en el oficio de poeta y escritora. ¿Podrías recordarme brevemente como surgió la idea?
Confesiones de Gertrudis nació de un personaje de uno de mis relatos, “La cena”. El personaje es una mujer contemplativa de la naturaleza y de las obras de arte que vive sumergida en el fantasma de una soledad interior. Tuve la dicha de que Juan-Jacobo Bajarlía llegara a leer algunos de esos poemas, antes de morir (tengo el texto original escrito en una hoja de papel y que fue hallado por su hijo después de la muerte de su padre) que le acercó mi amigo, el narrador Sebastián. Las palabras del maestro supremo figuran en la contratapa. Avanzando en el libro, fui descubriendo la personalidad de Santa Gertrudis, patrona de las escritoras católicas, como puede leer en “Tierra yerma”.
Diario de Rosalind,  alude a uno de los nombres de mi abuela materna y es un diario porque los poemas tienen mucha relación con mis sentimientos de escenas vividas en el lapso de su gestación. Gertrudis se inicia después de la muerte de mi padre y Rosalind después de la muerte de mi madre.
 H.S.: Durante la escritura de estos dos libros, sintió una identificación emotiva importante con las protagonistas, digo, con sus vidas, o predominó el oficio de poeta y escritora?
Mi escritura tiene un componente autobiográfico primordial. La identificación con Gertrudis, Rosalind, lo mismo que con varios personajes de los mitos, obras pictóricas, musicales, literarias, por supuesto que están ligadas a mi formación profesional y a mi sensibilidad estética.
La escritura va tramando un sinfín de significados que provienen de nuestra interacción con el mundo, con nuestro imaginario poético, con las representaciones imaginarias y fantásticas que construimos de nuestra realidad en los distintos modos intersubjetivos.
H.S. :La  presencia de lo divino, es también una constante en tu obra,¿ no?
La presencia de la palabra Dios aparece en todos mis libros. Por mi creencia y religiosidad. Glauben, significa “creencia”, en alemán, como se expresa en el prologo solapa del mismo libro.
H .S. : De acuerdo a estos postulados, ¿Cuál es el sentido definitivo de la vida  para usted?
No podría expresar el sentido definitivo de la vida todavía.
Tal vez, podría aproximar que el sentido de la vida para mí sea el amor al prójimo, como se cita en uno de los mandamientos. El amor conlleva a la libertad, la justicia, la paz. Son valores y principios absolutos y de validez universal.  Los criterios de relatividad tienen que ver con otras cuestiones de las relaciones humanas, con los gustos, con las oscilaciones históricas, las variables culturales de las diversas comunidades y pueblos del mundo.
H.S. : Cómo surgió en usted la idea de  la  fundación de AALIJ? 
La fundación de AALIJ surge a partir de una propuesta de la Academia Latinoamericana de LIJ. Mi propósito es contribuir con las acciones específicas de la literatura para  la construcción de un mundo mejor. Mi desafío es el estudio, la investigación y la creación  no solo de las obras literarias y de arte, destinadas a niños y jóvenes en lo académico sino de los modos de implementación a través de proyectos de publicaciones, seminarios y talleres a las distintas comunidades de lectores.
Lo he fomentado desde la cátedra y otros espacios durante cuatro décadas.
Mi deseo es contagiar mi entusiasmo para constituir un auténtico equipo de trabajo a fin de alcanzar nuestra meta.
H.S.  :Si tuviese que elegir tres libros de poesía de diferentes autores y tiempos que “le llegaron al alma”, que “la marcaron a fuego” cuáles serían los elegidos?
No tengo tres libros ni autores elegidos. Son muchos. Es probable que me hayan conmovido las primeras lecturas de mi adolescencia y juventud.
Suelo escribir crítica literaria y desde allí se podrán conocer mis afinidades. Escribí sobre  los poetas Ester de Izaguirre, Rubén Vela, Héctor Miguel Ángeli,  a quienes conozco personalmente. También sobre Marosa di Giorgio, Héctor Viel Temperley.
H.S. :¿Cómo se definiría a usted  misma?
En mi poema “Yo, Cristina Pizarro” expresé “soy un gesto errante en la llanura”
Y en “La que camina sobre el fuego”, escribí: “Yo soy un poema trémulo que gira hacia la espiral ascendente”.
En “Sobre los recuerdos-deseos de Gertrudis”, dice. “¿quién soy? – apenas una pregunta que reclama el ser”.
La clave de mi identidad está en mi escritura.                    

* Poeta, ensayista argentina

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